



Romanticismo contemporáneo

Es difícil pensar el por qué quiero especializarme en dirección cuando ha sido algo que siempre he tenido muy claro. La dirección siempre ha estado en mí; estar junto actores, analizar guiones, crear un subtexto, coordinar a un equipo y asumir grandes responsabilidades. Siempre me ha nacido de dentro, instantáneo y sin pensarlo, de forma natural. Entré en ESCAC hace tres años sabiendo que quería hacer dirección y cada día que pasa y cada proyecto que hago lo tengo más claro. Soy incapaz de verme haciendo otra cosa. Necesito ver a los actores entrar en sus personajes, sentir el ambiente de set, el movimiento del equipo, la adrenalina del rodaje, tener en mis manos decisiones irrefutables y saber que los departamentos espera mis opinión. Siempre he creído que todos tenemos un destino, que estamos aquí por algo, y yo sé que mi misión es encargarme de dirigir una historia, un equipo, hacer que los espectadores rían, lloren, se emocionen, que entren en una burbuja y se olviden de su realidad durante unos minutos.
Tengo la suerte de haber conversado varias veces con Javier Ruiz Caldera sobre mi fascinación por la dirección, y él ha sido uno de los motores que me ha impulsado y motivado a seguir en el camino. Sus palabras se me quedaron tatuadas para siempre: “Si dirigir es lo que realmente te mueve por dentro, sigue a tú corazón, sin ninguna duda”.
Gracias a la dirección puedo explicar sentimientos inimaginables, transmitirlos, plasmar las emociones humanas más puras y jugar con los actores de la forma más real pese a que mis historias estén alejadas del día a día; considero que quizás empatizar desde el distanciamiento nos hace reflexionar más. Quiero tener la decisión de cómo un actor dice una frase, del por qué de su expresión facial, del por qué de cada encuadre, del por qué de sus movimientos.
Adoro la psicología y el análisis del comportamiento humano, ver como un simple gesto puede decir mucho, y es ese el motivo de mi fascinación por la dirección de actores.
Si tuviera que decantarme por alguna de las fases por las que pasa un proyecto cinematográfico sería sin duda la lectura de guión, donde en conjunto con los departamentos se tiene un primer contacto con la historia. Mi parte favorita es poder sentarme con los actores y trabajar la construcción de personajes mano a mano, que ellos también aporten su granito de arena y lo amolden a su gusto, que entre todos podamos exprimir al máximo su personalidad, su pasado, su presente y su futuro. Me gusta defender a mis personajes y darles motivos del porqué de sus acciones y que cada decisión, palabra o acto tenga un sentido en la narración. Por otro lado, adoro realizar las primeras reuniones con los departamentos y conocer su visión sobre la historia, valorar sus ideas y observar cómo realmente se comienza a construir nuestro castillo de arena.
Para mí ha sido muy difícil poder separar la dirección de otros cargos durante mi trayectoria en ESCAC, ya que desgraciadamente nunca he tenido la oportunidad de limitarme solo a dirigir, por eso me encantaría tener la oportunidad de dedicarme plenamente a la dirección y encontrar a creadores de cada departamento que le den nuevas visiones a mis proyectos, algo que me parece absolutamente vital en el cine. No puedo esperar a tener la responsabilidad de coordinar a un equipo grande y obtener la decisión creativa de una historia.
Si tuviera que definir mi cine con una palabra sería: romanticismo contemporáneo. Quiero que mi legado como directora sea traer historias antiguas a la gran pantalla, darle una segunda voz a esas narraciones que se han quedado pérdidas en el camino de la historia. Los cuentos, los mitos, las leyendas populares, la literatura gótica… Quiero jugar con el misticismo, con lo más ancestral del ser humano y relatar historias basadas en la fe de algo que quizás existe o quizás no.
Estilísticamente me inspiro en referentes como Paul Urkijo, Robert Eggers, Guillermo del Toro y Tim Burton. Quiero traer el romanticismo literario a la pantalla, devolver al cine su expresión histórico-artística más pura. Narrar historias pasadas con enfoques modernos. Quiero llenar mi cine de los sentimientos más humanos, llenarlo de pasión, de amor, de miedo y muerte, encontrar el contraste entre las debilidades y las fortalezas y convertir la imagen en una pintura romántica repleta de fantasía, naturaleza e imaginación, donde se viva la belleza y la tragedia encontrando en la oscuridad la luz que otros temen ver.
¿El por qué de mi estilo? No soporto en lo que se está convirtiendo el mundo, las tecnologías están convirtiendo el contacto humano en algo frío e insípido, es por eso que escapo de la realidad con mis ficciones, trasladándome a otras épocas y descubriendo nuevos mundos.
Mi objetivo principal es aprender a gestionarme a mí y a mis ideas para lograr crear historias de género dentro de las condiciones que me permita mi futuro en ESCAC. Pero realmente, mi objetivo como directora, es expandir el abanico de géneros del cine español y darle una oportunidad a la fantasía nacional, demostrar que con poco se puede hacer mucho y que confíen en mí para hacer posibles las historias que te transportan a un nuevo universo. Quiero hacer cine que entretenga, que adentre a una burbuja a mi público y lo traslade a un mundo donde tengan una vía de escape segura, donde olviden sus realidades, sus rutinas y sus problemas. Quiero que la gente sienta, se emocione, ría y se enamore de mis personajes al igual que yo. Así que sí, con pasión, ganas, amor y motivación, estoy lista para asumir todas las responsabilidades que una directora debe asumir.


